Llevo dos días dándole vueltas sin decidirme a escribir, no porque no supiese que expresar, sino mas bien porque si escribo me pasa como con las fotos, siento que cuando hago ambas cosas mi mente se relaja y los recuerdos se diluyen, por eso prefiero no hacer ninguna de las dos. Me gusta cerrar los ojos y recrearme con las imágenes que vienen a mi memoria, a las que seguramente a medida que pasa el tiempo les voy añadiendo un matiz personal, muchas veces quizás fruto más de mi imaginación de lo que realmente fue. Por eso será que prefiero la lectura a cualquier otra forma de manifestación gráfica para complacer mis sentidos.
Dicho esto y como me lo has pedido, aunque no sé si debo tratarte de tu o de Ud., voy a verbalizar mi experiencia en la “cuevecita” de Ama_Eva, donde fui citada el día sábado a las … hs.
El resultado fue que todos esos detalles que podían ser o directamente eran un obstáculo insalvable se fueron difuminando hasta desaparecer. Aunque no sólo esa sintonía hizo el trabajo. Estaba en una manos expertas, juguetonas, cabritas, perversas, deliciosas, acogedoras e intensas. Tan intensamente fluidas que volo el tiempo, aunque hubiera instantes que parecieran interminables. Todo con el tempo adecuado…….
“Me hizo sentir bien. Me hizo desear. Me excitó. Me fue capturando poco a poco. Todo en aquella habitación disparaba mi deseo. Acariciar sus caderas, sentir el contacto, el aliento. Su modo de jugar, mezclando sugerencia y explicitud, elegancia y descaro. Saberme su juguete y sentirme a su merced hizo que me fuera abandonando poco a poco, deseando el contacto, la siguiente ocurrencia, la mezcla del placer y el dolor, sensibilizándome cada vez más, las palabras que ora acariciaban, ora estimulaban, siempre excitantes, siempre anunciando, llevando, acompañado de caricias, azotes, indicaciones…
La piel y la voz, sensaciones duales, a veces simultaneas, otras en serie, e incluso la ausencia del estímulo provocaba deseo. La mezcla tan equilibrada, sabrosa, intensa, cercana fue (es, aun la tengo tan presente) deliciosa. Con todos los matices. Y aunque una Dómina se supone que no hace ciertas cosas, una Dómina de verdad hace lo que le da la gana.
Y eso fue. Lo que le dio la gana.
Faltaba algo a todo lo anterior. Salió primero una reflexión analítica, después dejé fluir las emociones sin ponerles casi freno, pero por primera vez en mucho tiempo, leía y faltaba algo tras la mezcla de ambos escritos. Quedaba aquello que debía dar forma y sentido a todo lo que experimento desde que se fue concretando la cita. No había conseguido reflejar la sensación que poco a poco prevalecía sobre todas las demás. La sensación de haber entendido por fin que era lo que me había traído hasta aquí. Esa sensación que me decía que por fin comprendía por qué nunca me sentía cómodo en todos los clichés del género, por qué las prácticas me daban igual, por qué incluso los cuerpos me daban igual ante la certeza de estar frente a una mente adecuada, por qué mi insistencia en los momentos y no en la cotidianeidad, por qué en este mundo me importan las formas y el aspecto, por qué la palabra es tan importante como el tacto o la vista, por qué tenía la certeza que todas las barreras morales de un mundo ajeno aquí no tenían ese valor absoluto, por qué rehúyo la cotidianeidad y resulta un elemento discordante e innecesario, por qué la excepcionalidad es un valor en sí, por qué es algo interior y privado que no mezclaré con mi mundo exterior, por qué no soy deshonesto, por qué…..
De repente todo encajo, de repente supe cual era el camino para disfrutar del placer, entendí que no estoy equivocado, que es un juego, y la frase de Marco Aurelio (estoico donde los haya) que tantas y tantas vueltas da en mi cabeza desde hace tiempo: “Si no te hace peor, no es malo”.
Por fin entendí por qué me excité al recorrer sus muslos con mis manos, disfrutando de la ropa, el tacto, la vista exquisitamente fetichista, el sonido de sus palabras envolventes, la certeza de la perversidad que anidaba en mi interior, el deseo de jugar, de tomar y ser tomado….
Aunque mi pecado es amar el placer. Y con gusto peco. Y encima, ahora, sabiendo por qué.”
Tr
Para comenzar, decir que lejos de estar nerviosa, me sucedió todo lo contrario, aunque si me invadía, a medida que se acercaba el momento, una gran curiosidad, la ansiedad de llegar rápido y que lo que tuviera que suceder, suceda. Sobre todo después de escuchar los comentarios de gente que había estado ahí, de lo que aquel lugar implicaba , de lo que Ella imponía en sus dominios, de la sensación de vulnerabilidad que se podía tener y así un largo etc, pero lo más curioso es que estos comentarios no fueron solo de sumis sino también los oí de otros dominantes. Así, con todos estos pensamientos en mi cabeza por fin llegue a destino, sin tener la más remota idea de lo que podría acontecer, ni siquiera había fantaseado con ello, solo sentía que la mejor actitud era dejarme llevar, que las cosas fluyan, sin ninguna expectativa, porque estoy convencida que cuando uno hace eso y por el motivo que sea las cosas no se dan como nos las hemos imaginado o deseado, vienen las frustraciones. Y no estaba dispuesta a ello.
Llegar, enviar un was, tocar el portero, entrar, andar y por fin ahí estaba Eva, esperándome, espectacular, como Ella es, me hizo pasar y me encontré con un lugar tan maravilloso que las fotos no le hacen justicia, no sabía por dónde empezar, mis ojos se movían tan rápido de un sitio a otro, queriendo abarcarlo todo que no sabía si detenerme en las fotos de las paredes, la colección de zapatos, la ropa de cuero, el látex, los “juguetes”, todo me parecía digno de observación, del tacto, de olerlo, ufff, pensé, me van a faltar horas para poder escudriñar este lugar. No podía parar de preguntar, y me hizo mucha gracia porque mientras Ella me decía lo que quería que fuera haciendo, yo seguía a lo mío, preguntando y preguntando, jajajajaja. En un momento pensé, cállate ya y haz caso a lo que te dicen sino pensara que eres una impertinente, pero es que estaba tan fascinada con todo lo que veía que no podía hacer otra cosa.
No voy a relatar de forma pormenorizada todo lo que hicimos, no le veo mucho sentido a ello, pero si los momentos que me parecieron más significativos para mí ya metidas en faena, uno de ellos fue cuando me puso los tacones, imposibilitada como yo estaba (enfundada en un corset y mi modelito de látex, tan mona), se tomo el trabajo de inclinarse en un cojín y verla ahí de rodilla calzándome con tanto cuidado, me paralizo y pensé, debería ser yo quien tendría que estar haciéndoselo a Ella…Mimada, especial, así me sentí, fue muy gratificante.
El momento foto fue curioso, no me gustan, me agobian, sin embargo es la segunda vez que me he dejado fotografiar y lo hice sin pensar en ello, a gusto, deseosa, posando, relajada, pero eso también tiene que ver con Ella y lo que transmite. Confianza, mucha, imprescindible en cualquier tipo de relación, pero creo que mas en las de este tipo, que por decirlo de alguna forma, son poco convencionales.
Hora de jugar, pinzas, grilletes, la cruz, los azotes, las mordaza, el aparato siniestro con la bola de metal, que ni recuerdo como se llama, el culo rojo, y marcado, el llevarme al clímax y el cortármelo, hasta que por fin dejo que me explayara, y yo pensando, hazme lo que quieras que te dejo. Entregada, así me sentía, es lo que deseaba, estaba ahí toda para Ella.
Y por último y no menos importante, el tiempo, que paso sin darme cuenta y esto fue como la guinda de mi pastel, que mas pedir???
No sé qué sucederá de aquí en adelante, pero aunque no pasara nada mas, esta ha sido una gran experiencia para recordar y recordarla. Ama_Eva es simplemente maravillosa (no sólo por todo lo que irradia, sino y sobre todo por cómo te hace sentir mientras estas con Ella) y no hay más.
Y hasta aquí llego con este relato, espero que te/le satisfaga, yo por mi parte solo puedo darte/le las gracias por una buena tarde, original, divertida, morbosa, fetichista, pero sobre todo placentera para los sentidos,
Besos gordos,
ANIA